Páginas

jueves, 24 de abril de 2014

Científicos creen que nuestro reloj biológico ha sido ajustado antes de nacer...

No importa si eres una "persona madrugadora" o un "búho de la noche" todo está determinado a nivel celular.
 // APR 24 2014, 1:16 PM ET

   Existe un pequeño, pero importantísimo grupo de neuronas en tu cerebro, que te dicen ¿ Qué hacer ? y ¿Cuándo hacerlo?. 

   Es del tamaño de una semilla de mostaza, pero el Núcleo Supraquiasmático (NSQ), regula cuando comes, cuando duermes, cuando sientes sed, además de una larga lista de funciones relacionadas con el comportamiento social y sexual.

   Esta pequeña "semilla de mostaza" es nuestro "reloj maestro" que mantiene al cerebro y al cuerpo sincronizados. Es lo que hace a una persona un "búho nocturno" o una "alondra mañanera". Y estas características parecen ser genéticas, pre-establecidas antes de nacer, nos comenta Seth Blackshaw, profesor asociado de Neurociencias en Johns Hopkins.

   Blackshaw es el autor de un nuevo estudio a cerca del desarrollo del NSQ, y los hallazgos de su equipo de investigadores representa un gran "paso adelante"hacia un mejor tratamiento de los trastornos del sueño, y de incluso, el Jetlag.

   Los problemas del sueño son considerados "una epidemia de salud pública", de acuerdo con el CDC ( the Centers for Disease Control and Prevention, por sus siglas en inglés).  
   Los hábitos de sueño de las personas cambian a medida que envejecen, un hecho bien establecido, pero poco entendido. 

   "El proceso de cambio de acostarse tarde en la noche, de los adolescentes, no es comprendido a nivel molecular," indica Blackshaw. "Los adolescentes tienden a ser búhos y a medida que vamos creciendo, generalmente, se tiende a cambiar a un patrón de "alondra mañanera". Nadie sabe realmente porqué. Pero se sabe que la "sincronización" del NSQ se deteriora al envejecer."

   También sabemos que jugar con nuestro reloj biológico nos hace sentir mal. Pero permanecer despierto cuando tu cuerpo desea dormir, también es malo para las personas. 

   Muchos estudios demuestran que las personas que trabajan en turnos nocturnos, nunca llegan a adaptarse completamente a su horario nocturno. Estos trabajadores a menudo tienen problemas con el colesterol alto, obesidad y diabetes. Incluso, algunos estudios han encontrado que los trabajadores nocturnos tienen un riesgo elevado de cáncer o infartos cardíacos

   Aquí está lo curioso de todo ésto: El reloj biológico que te mantiene en vigilia o en sueño, no está solamente en tu cerebro, sino que está en todo el cuerpo. Cada célula es "su propio reloj" sincronizado con el NSQ (el reloj maestro), y todas esas células apropiadamente, conectadas para mantenerse sincronizadas. Blackshaw lo sabe muy bien porque el ha intentado romper esa conexión.

   Lo que él encontró, en un estudio con ratones, fue una "importante" trastorno, cuando su equipo removió un gen clave, que ayuda al NSQ a comunicarse con las demás células. En lugar de comportarse en un horario normal de 24 horas, los ratones empezaron a comportarse como si tuvieran 2 ó 3 relojes biológicos gobernando sus comportamientos, al mismo tiempo.

   "Cuando observamos minuciosamente sus ritmos, comenzamos a ver verdaderos problemas," nos dice Blackshaw. "Aunque el reloj biológico todavía está funcionando, no estaba bien sincronizado. Parecía que la luz del día podía todavía sincronizar sus ritmos de actividades. Pero si los colocábamos en la oscuridad... al examinar --el núcleo del ciclo circadiano-- , encontramos que estaba totalmente desorganizado."

   Todo ésto resulta importante para los seres humanos, porque sabemos que hay personas que presentan sus ciclos circadianos alterados —personas que presentan insomnio severo, o aquellos que se autodenominan personas mañaneras o búhos, dependiendo del día de la semana. 

   Una investigación más exhaustiva al NSQ de esas personas, podría también, ayudar a explicar, porqué algunas personas que trabajan en turnos diurnos, también llegan a desarrollar problemas de salud. Si existe un desajuste entre el NSQ y los ritmos del resto de las células, eso podría ser la clave que nos indique que existe algún daño mayor en el NSQ o en sus proteínas.

   "Esta pequeña estructura controla muchas, muchas cosas," nos comenta Blackshaw. "Estamos hablando de una amplia gama de procesos fisiológicos, que incluyen no solo el metabolismo, sino que también los cambios de humor, las funciones cognitivas, la memoria, depresión y hasta la reproducción."
   
   Todo ésto, provoca otras preguntas a cerca de "aquellos otros relojes"—los ritmos en cada una de las células, que toman señales del NSQ para sincronizarse. Si nuestro "reloj maestro" es tan importante, ¿Porqué tendremos todos esos otros "mini-relojes"?
Los científicos no están seguros (se desconoce la respuesta).

   Pero Blackshaw sospecha que podría tratarse de un asunto de "redundancia". Los relojes a nivel celular —nos podrían mantener sincronizados, sin el NSQ, por horas o días despues de un fallo— serían una especia de "estabilizadores giroscópicos", o como las "las rueditas de aprendizaje de las bicicletas", en realidad serían muchas "rueditas de aprendizaje".

   Por otra parte, el reloj biológico de nuestro cuerpo podría ser un sistema más simple o algo más complejo, de lo que sabemos en la actualidad. Podría tener relación, con el origen de todo ser humano—como una única célula

   "Porque si nos ponemos a pensar, un organismo unicelular como el alga verde-azul mantiene su propio reloj, también," nos indica Blackshaw. "Perfectamente podría ser que todo el proceso inicie con un "oscilador" o reloj unicelular; algo que ya haya estado incrustado en los organismos unicelulares, cuando se evolucionó hacia la multicelularidad. Algo diseñado e insertado, profundamente en todo el sistema."


Traducción sin fines de lucro, exclusivamente con fines de divulgación científica en idioma castellano. Artículo original en inglés aquí
Todos los derechos reservados para  (@ADRIENNELAF) y para la revista The Atlantic.


No hay comentarios:

Publicar un comentario